Saber qué es eso que tan mal nos sienta. Determinar con seguridad qué podemos o no podemos comer. Estos dilemas se presentan siempre que a una persona le diagnostican una alergia o intolerancia, o si aun sin un diagnóstico médico se padecen síntomas que pueden encajar con este tipo de afección. El miedo a encontrarnos por sorpresa ese ingrediente que nos produce malestar cuando comemos fuera o pedimos comida a domicilio es también muy habitual.
Como profesional de la nutrición considero esencial primeramente identificar (si aun no está claro) cuál es el alimento o alimentos que tu organismo rechaza, y partiendo de esa base centrarme no en límites y restricciones sino todo lo contrario: focalizar el proceso en todo lo que sí puedes comer, en cómo seguir disfrutando de la comida y apartar esos miedos tan frecuentes en estos casos. En definitiva mi objetivo es que vuelvas a tener una relación sana con la comida que se refleje en una mayor calidad de vida.
Para poder ayudarte en este proceso necesito antes de nada, conocerte. En estos casos en particular es importante contar con analíticas y diagnóstico médico que nos ayudarán a identificar esos alientos o familias de alimentos que tu cuerpo no procesa correctamente. Si aun no las tuvieras, valoraremos la necesidad de trabajar paralelamente con tu médico.
Una vez estudiado con detalle tu caso realizaré un análisis de tus hábitos de alimentación y analizaremos junt@s la sintomatología concreta que sufres al ingerir dichos alimentos.
Como punto de partida suprimiremos todos esos alimentos que has identificado como dañinos y que hacen que no te sientas bien para comenzar el proceso libre de síntomas o molestias.
En las visitas consecutivas, una vez tengamos en la mano los análisis clínicos y hayamos determinado tu sintomatología exacta, iremos introduciendo modificaciones en tu alimentación hasta conseguir que interiorices una dieta sana y rica, y en la que por supuesto te hayas liberado de las molestias que te producía tu alergia o intolerancia.
En este proceso es fundamental entender qué efectos produce sobre tu organismo esa alergia o intolerancia, y desde el punto de vista de la mejora de tu relación con la comida saber qué beneficios vas a notar una vez cambies tus hábitos alimenticios.
Estudiaremos el etiquetado de la cesta de la compra para liberarte de los clásicos miedos a toparse con eso que tan mal nos sienta, y a partir de ahí empezaremos el proceso de concentrar toda nuestra energía en esos alimentos que sí puedes consumir y combinar, y de los que por supuesto puedes disfrutar a lo grande.
La organización de la despensa y la elaboración de menús diarios a partir de todos esos alimentos que sí puedes consumir serán la base fundamental de este proceso de cambio cuyos beneficios se empiezan a notar desde el primer momento.
Por último pero no por ello menos importante te aconsejaré sobre qué factores tener en cuenta a la hora de escoger un restaurante o qué preguntas debes plantear en el momento de por ejemplo, pedir comida a domicilio, para no encontrarte con sorpresas desagradables y puedas mantener siempre tu organismo en ese sano equilibrio que es al fin y al cabo, nuestra meta.
La mejora que vas a notar una vez te acostumbres e interiorices en tu día a día los nuevos hábitos alimenticios va a ser más que notable. Además de una disminución radical de la sintomatología derivada de tu alergia o intolerancia, tendrás más vitalidad y a nivel emocional, una relación saludable con tu cuerpo y con la comida.
Los miedos se disiparán porque contarás con recursos y herramientas suficientes como para seguir disfrutando de todo eso que sí puedes comer y habrás adquirido el conocimiento y la confianza para saber con certeza qué y cómo debes alimentar tus organismo para sentirte bien.
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